« ¡Esto se acaba! Lo que más durará son diez días. Para esa fecha es preciso que hayas acabado con todos los pistoleros y comunistas »
Este informe se ha hecho a petición de la dirección jurídica dentro de las Diligencias Previas 399/2006-E que se siguen en el Juzgado Central de Instrucción nº 5. Su objetivo es proporcionar un resumen general del estado actual de los estudios e investigaciones sobre la represión franquista. No obstante, también se ofrece información (datos y bibliografía) sobre la que tuvo lugar en zona republicana. Para la investigación y para los familiares existe una diferencia fundamental entre ambas: recién acabada la guerra civil el Fiscal General del Estado abrió una espectacular y minuciosa investigación de carácter judicial a escala nacional, denominada Causa General, que analizó lo ocurrido en cada localidad (desde febrero del 36 –a veces desde octubre de 1934– hasta la fecha de ocupación) y documentó lo ocurrido a cada una de las víctimas del llamado terror rojo. Este proceso, que llevó varios años y en el que colaboraron diferentes instancias administrativas, dio lugar a un importante fondo documental de más de mil quinientos legajos conservados actualmente en la Sección de Fondos Contemporáneos del Archivo Histórico Nacional.
En su momento tuvo cuatro finalidades: informativa, represiva, reparadora y legitimadora, que no requieren mucha explicación, ya que aparte del objetivo principal de saber qué había pasado, la información se utilizó para profundizar más en la represión, para compensar a las víctimas y, en última instancia, para socavar la memoria de la República y justificar el golpe militar y la dictadura. Entre sus competencias, por ejemplo, estaba la de informar si el fallecimiento había sido inscrito en el Registro Civil y promover la inscripción en caso de que no fuera así. Lo cierto es que ni los familiares ni los investigadores han tenido nunca problema alguno en documentar esta represión. El problema es la otra.
Dos fueron los instrumentos de los que se sirvieron los golpistas para llevar a cabo el plan represivo: los bandos de guerra y los consejos de guerra sumarísimos de urgencia. Es sobradamente conocido el bando publicado por la Junta Militar el 28 de julio de 1936; sin embargo son totalmente desconocidos aquellos con los que se funcionó realmente a nivel local desde el primer momento. En la práctica los bandos de guerra pretendieron dar un barniz seudolegal a la gran matanza del 36. Luego miles de personas serían inscritas en los registros civiles con la causa de muerte: “Aplicación del Bando de Guerra”. No obstante, lo que interesa destacar de esta etapa fue el altísimo número de personas que quedaron sin inscribir en el registro Personas de cuya muerte no ha quedado huella alguna: detenidas ilegalmente, asesinadas y enterradas por lo general en fosas anónimas abiertas en los cementerios, en el campo e incluso en fincas particulares. El mapa de las fosas comunes se superpone a la España donde triunfó el golpe militar y se aplicó de inmediato el calculado plan de exterminio que los sublevados tenían previsto desde el principio.
Cita como historiadores que han trabajado con una estimación de víctimas mortales de la represión franquista a él mismo, a Juan Ortiz Villalba, a José María García Márquez, si bien Luis Germán añade 517 a la cifra estimada tras consultar el Libro del Cementerio. En cuanto a la represión republicana también se autocita.
Puedes descargar el documento completo en: https://15mpedia.org/w/images/b/b5/Informe_sobre_la_represi%C3%B3n_franquista%2C_estado_de_la_cuesti%C3%B3n.pdf
Fuente: Ministerio de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Memoria Democrática,
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