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MANUEL VÁZQUEZ GUILLÉN


Firma de Manuel Vázquez, preso en Los Merinales, natural de Lora del Río

Jornalero del campo, nacido en Lora del Río el día 19 de septiembre de 1904, era hijo de Manuel Vázquez y Rosario Guillén Nacarino; moreno, de buena constitución, pelo castaño y ojos pardos, medía 1,685 de estatura; estaba casado con Dolores Buiza Manzanares, y vivía con ella, y con sus hijos Manuel y Juan, en la calle Martínez Barrio (Barrio Sevilla) número 35, una casa en la que, además de la suya, residían otras ocho familias, entre ellas la formada por su suegra, viuda, Setefilla Manzanares y otros cinco hijos de ésta. 

Manuel Vázquez Guillén, que en las elecciones generales celebradas el día 16 de febrero de 1936 actuó de interventor por la candidatura del Frente Popular en la sección 2ª del distrito 1º cuyo colegio electoral –en el que por cierto ganaron las derechas– estuvo establecido en el local del pósito municipal ocupado por la escuela de niños número dos, huyó de Lora el día 7 de agosto siguiente, al igual que sus hermanos José y Alfonso, y que sus cuñados Manuel y María Buiza Manzanares, mientras que la madre de su mujer, que se quedó en el pueblo, murió, probablemente asesinada, antes de que terminara ese mismo año.

El hombre estuvo en Villaviciosa de Córdoba, en Pueblonuevo del Terrible, en Villa del Río y Jaén, y luego se trasladó a Úbeda, donde se dedicó a trabajar en las tareas agrícolas en el cortijo colectivizado “Guadiana”, hasta el mes de junio de 1938, en que tras ser llamada su quinta ingresó en el ejército republicano como soldado, aunque sólo fue declarado útil para servicios auxiliares, por lo que siguió con las faenas del campo hasta la terminación de la guerra, que le sorprendió en la citada ciudad jienense. 

Al regresar no muchos días después a su pueblo, Vázquez fue detenido por la guardia civil, que lo condujo al campo de concentración de La Rinconada, donde quedó a disposición del coronel presidente de la Comisión clasificadora de prisioneros y presentados de Sevilla, que tenía su sede en el cuartel de los Terceros, y a quien el cabo de la guardia civil de Lora del Río, José Sánchez Gómez, le remitió el siguiente informe, fechado el día 21 de abril de 1939: Procedente de la zona recientemente liberada, se ha presentado en esta localidad el vecino de la misma Manuel Vázquez Guillén, individuo considerado peligroso, que pertenecía al “partido” de la UGT, “del cual era presidente”, y al implantarse el “comité revolucionario” fue miembro del mismo, además de “jefe del servicio de abastos”; creyéndose que fuera este individuo el que mandó asaltar los establecimientos comerciales del pueblo. 

El día 3 de junio de 1939, hallándose recluido en otro campo de concentración, el de Sanlúcar la Mayor, Manuel Vázquez tuvo que prestar una declaración “informativa” y en ella manifestó, entre otras circunstancias: Que pertenecía al reemplazo de “1922” e ingresó en la Caja de recluta de Carmona, habiendo hecho el servicio militar en el regimiento de infantería – 482 – de la Corona nº 71, en Almería. Que antes del Movimiento no estaba afiliado a ningún partido político, pero sí a la organización sindical de la Unión General de Trabajadores, al igual que sus hermanos José, Francisco y Alfonso, los dos primeros jornaleros del campo como él, mientras que el tercero era zapatero de profesión, y no sabía si su padre, también jornalero del campo, pertenecía a algún partido político o sindicato. Que al estallar el Movimiento se encontraba en Lora del Río, donde ignoraba en qué fecha se formó el comité rojo o si hubo registros, robos y saqueos, peticiones de dinero, colectivizaciones e incendios, pero sí sabía que se produjeron detenciones y fusilamientos. Que durante el dominio rojo en Lora no tomó parte en ninguno de los desmanes que se le imputaban, ya que se encontraba enfermo, y si se marchó del pueblo fue porque “al estallar el Movimiento era Presidente de la UGT”. Y que no había estado detenido en ningún campo de concentración o cárcel antes de pasarse a las líneas nacionales, lo que ocurrió, en calidad de presentado forzoso y sin llevar consigo ningún material de guerra, en Úbeda, cuando esa ciudad fue liberada. 

Puesto a disposición de la Auditoría de guerra del “Ejército del Sur” y encomendado por ésta que instruyera un procedimiento sumarísimo de urgencia contra el prisionero al capitán de infantería Raimundo Martínez Pantoja, que ejercía como juez militar nº 91 de Lora del Río, a petición suya, el comandante del puesto de la guardia civil, José Jiménez Rodríguez; el alcalde, Manuel Cepeda Rodríguez, y el jefe de la Falange, Andrés Cava Aranda, informaron que Manuel Vázquez era un individuo de pésimos antecedentes, propagandista de ideas disolventes y marxistas, que fue presidente de la UGT y por este motivo, al constituirse en la localidad el “Comité Revolucionario”, lo nombraron vocal del mismo, aunque, según él, sólo desempeñó el cargo por unos días, ya que se encontraba enfermo, y se dedicó a organizar el servicio de abastos de “tipo comunista” que los rojos implantaron en Lora durante “su breve dominación”, servicio del cual él era el jefe. 

Procesado por ser miembro del “Comité Revolucionario” y haber dado la orden de asaltar los establecimientos comerciales, el hombre fue interrogado el día 4 de octubre de 1939 por otro juez instructor, el teniente provisional de infantería Manuel Berlanga Barba: 

P.- ¿Cuál fue tu actuación en las elecciones de febrero de 1936? R.- En esas elecciones fui interventor y voté a las izquierdas. P.- ¿Qué hiciste durante la dominación roja en tu pueblo? 

R.- En cuanto supe que había estallado el Movimiento me presenté en el “Centro Sindical afecto a la UGT del que era Presidente”, donde nos reunimos algunos obreros, que, luego, “sobre las ocho horas”, nos trasladamos al Ayuntamiento en compañía “del Pollo” para ponernos “a disposición del Alcalde”, después de lo cual yo me fui a mi casa. A los pocos días fui nombrado “por Gasolina” miembro del comité, y, como no pude tomar posesión porque me encontraba enfermo, “Juan el Pollo” me obligó a participar en la organización del reparto de víveres, pero sin usar armas para ello. 

P.- ¿Qué sabes sobre los crímenes y demás actos vandálicos habidos en Lora? R.- Yo no sé nada de los crímenes porque no me reunía con los elementos del comité, pero he oído decir que vino “un camión cargado de constantineros”, los cuales obligaron al comité a entregar los presos para ser asesinados. P.- ¿Tienes noticias de personas que hayan cometido actos criminales en tu presencia? 

R.- No. 

P.- ¿Quién te puede garantizar? 

R.- Don José Laguna Muñoz y don Antonio Miret Prieto, ambos vecinos de Lora. Posteriormente, en el mismo pueblo, el teniente Berlanga les tomó declaración a los dos hombres propuestos como testigos de descargo por el procesado, pero también a Manuel Cepeda Rodríguez y Andrés Cava Aranda, quienes depusieron como testigos de cargo. 

El primero de ellos, labrador, de 55 años de edad, natural de Écija, con domicilio en la casa número 9 de la calle Calvo Sotelo (Larga) y miembro de la primera y tercera Comisión municipal gestora que los rebeldes tuvieron en Lora, expuso que Manuel Vázquez, al que conocía desde hacía bastante tiempo, observó buena conducta antes del glorioso alzamiento nacional, aunque siempre demostró ser de ideas izquierdistas y durante el tiempo que dominó el Frente Popular perteneció a la directiva de una de las sociedades obreras; sin embargo, por encontrarse él detenido entonces, no podía precisar cual fue su actuación en el periodo de la dominación marxista sobre el municipio. Según Antonio Miret, hombre natural de Sevilla, de 47 años de edad, el convecino suyo por quien le preguntaban le merecía un buen concepto antes del glorioso movimiento nacional, pero su actuación durante el dominio rojo la ignoraba. El alcalde, Manuel Cepeda, labrador, de 37 años de edad, domiciliado en la casa número 10 de la calle Colón, declaró que el encartado era “el jefe del partido socialista” de la localidad y, según confesó cuando llegó a Lora procedente de la zona roja, había sido miembro del comité; también sabía, por confidencias, que como jefe del servicio de abastos de los rojos fue uno de los que daban las “órdenes de saqueo”; aunque él personalmente, por hallarse escondido durante los días de la dominación roja, no había visto lo que pudiera haber hecho. Por último, el jefe falangista y exalcalde de Lora, Andrés Cava, de 37 años de edad y natural de Utrera, aseguró que conocía sobradamente a Manuel Vázquez por ser el presidente de la UGT y sujeto de pésimos antecedentes, que cuando se constituyó el comité revolucionario fue designado miembro del mismo, según había confesado en presencia suya, y que en los días del dominio rojo fue, conforme al “rumor popular”, uno de los que más se destacaron. 

Una vez acabada la instrucción del procedimiento seguido contra este loreño, el mismo fue juzgado el día 23 de julio de 1940 por el Consejo de guerra permanente nº 1 reunido en Sevilla a las once en punto de la mañana y ante el cual el fiscal de carrera, Francisco Fernández Fernández, lo acusó de un delito de rebelión militar y pidió que le impusieran la pena de muerte; mientras que su defensor, el teniente provisional de infantería Ricardo Olivares de Oya, mostró su extrañeza por la gravedad de la pena que había solicitado el fiscal, dado que su defendido “fue miembro del Comité de Abastecimiento y no del Comité Revolucionario”. 

La sentencia, redactada por el abogado sevillano Antonio Marra-López y Argamasilla, declaró como hechos probados que Manuel Vázquez Guillén era presidente de la UGT y fue nombrado miembro del “Comité revolucionario” de la localidad, cargo desde el cual se dedicó a organizar el abastecimiento de la ciudad, siendo por tanto el que ordenó las requisas y saqueos que tuvieron lugar en los comercios de Lora del Río. 

El tribunal, considerando que tales hechos constituían un delito de rebelión militar y que el acusado, si bien formó parte del “Comité revolucionario”, no ostentaba la jefatura del mismo ni constaba que hubiese ordenado los asesinatos ocurridos en la población, condenó a ése a la pena de reclusión perpetua o de 30 años de duración: hasta el 12 de abril de 1969. Lo que le notificaron en la prisión provincial de Sevilla el día 31 de junio de 1941. 

Unos cuatro años y siete meses y medio más tarde, el 18 de febrero de 1946, a Manuel Vázquez, que trece días antes había sido puesto en libertad cuando se encontraba cumpliendo condena en la primera agrupación de las colonias penitenciarias, en Dos Hermanas, le comunicaron que el ministro del Ejército, Fidel Dávila Arrondo, le había concedido el indulto. La comunicación se la hicieron en el barrio de Bellavista, donde el hombre tenía su domicilio en la calle Santa Margarita, número 1. 

Fuentes.- 

LORA DEL RÍO, 7 DE AGOSTO DE 1936: CONSECUENCIAS DE LA REBELIÓN MILITAR. FÉLIX J. MONTERO GÓMEZ

ATMTS: PSU nº 5435/39: legajo 194-8234. AMLR: SS 38, 135 y 885. ADPS: Legajo 583B.

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