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2024, 5 de junio, Familiares visitan los trabajos de apertura de la fosa de represaliados del franquismo del cementerio de Dos Hermanas


Hoy, la tristeza y la rabia contenidas durante 88 años han pasado a un segundo plano, dejando paso a un sentimiento de agradecimiento, agradecimiento «al tiempo» convertido en actor, el único que ha decidido que ya tocaba, que las familias ya podrán dar un digno enterramiento a sus familiares asesinados, a esas personas jóvenes y mayores que fueron señaladas por el dedo de la desgracia, como si el comité local de la Guardia Civil y los falangistas, con la participación incontestable de la iglesia, fueran dioses infames facultados para decidir quién vivía y quién moría. La actuación de milicianos y chivatos fascistas, al augur de sus intereses, fabricaban acusaciones y denunciaban a sus vecinos, que nada podían hacer frente al cañón de las armas que les apuntaban. Hoy he podido ver en las caras de los familiares que nos hemos congregado en la visita a los trabajos de la fosa en el cementerio de Dos Hermanas, ESPERANZA, y la pongo con mayúsculas porque quiero resaltar que ya vale, que ya tocaba, que se acerca el momento de retirar a sus familiares de ese agujero, fruto de la barbarie de asesinos necesitados de sangre, para presentar sus manos manchadas ante sus dueños y reclamar su salario de locura, demostrándoles su entrega total.

La apertura de la fosa y la exhumación de todos los restos es un paso crucial en la búsqueda de justicia y en la recuperación de la Memoria Histórica. Un equipo de arqueólogos y forenses ha comenzado con las delicadas tareas de excavación, siguiendo protocolos estrictos para preservar la integridad de los restos encontrados. Se cree que la fosa contiene los cuerpos de más de mil personas que fueron ejecutadas sin ley alguna, durante los primeros meses del régimen franquista, muchas de Dos Hermanas y también de localidades cercanas, que usaban el Barranco como matadero destacado.

El 21 de julio de 1936, inmediatamente después de producirse el levantamiento militar, por orden de la Corporación Municipal provisional, se comenzó la construcción de la fosa común. Con un muro perimetral, se realizó en forma de «V», lo que facilitaba que los camiones que transportaban la macabra carga, en su mayoría procedentes del talud de Barranco, (en el km 4 de la A-8032, antigua nacional IV en dirección a Sevilla), pudieran verter los cuerpos por la apertura de 5 metros que se realizó en el extremo posterior derecho de la entrada principal en la tapia del cementerio, que así se ordenó abrir. De ese modo, el camión reculaba y vertía directamente sobre la fosa, sin intervención de los funcionarios enterradores, motivo por el que los cuerpos quedaban amontonados, según se ha podido confirmar con las primeras catas realizadas.

Una vez realizados los trabajos de geolocalización, se ha procedido a localizar una fosa de al menos 4 metros de profundidad, 2 y medio de ancho y más de 7 de largo. Esta fosa, además de ser utilizada para personas asesinadas por los fascistas, también se usó posteriormente para enterramientos judiciales y personas sin recursos, como han podido confirmar los técnicos, hasta alcanzar la profundidad suficiente en la que han comenzado a aparecer restos de personas con lesiones propias de la violencia usada contra los desafortunados represaliados. Terminada esta fase, hoy se ha procedido, según se nos ha informado, a precintar y preservar la fosa hasta el inicio de las exhumaciones que realizarán técnicos bajo la supervisión de la Universidad de Sevilla. Esperemos que este tiempo llegue sin demoras.

Como tantos las personas era sacadas de su casa una noche y nunca más se supo de ellos. Durante muchos años, las familias ha vivido con la incertidumbre y el dolor de no saber dónde estaban. Hoy estamos más cerca de poder darles un entierro digno y de encontrar algo de paz. Esta historia y otras parecidas se repiten entre los familiares. Una vez recuperados los restos, un equipo especializado llevará a cabo la identificación mediante análisis de ADN. Este proceso puede llevar tiempo, pero es esencial para asegurar que cada víctima sea identificada correctamente y devuelta a sus seres queridos.

Será importante que las familias que puedan sospechar que su familiar estuviese en esta fosa del cementerio de Dos Hermanas estén atentas a las instrucciones que se den desde las administraciones, respecto a la recogida de muestras de ADN, con el objetivo de identificar los restos, pudiendo así darles un enterramiento digno. 

Todo el mundo debe conocer lo sucedido, los hechos, y dejar de acariciar la exoneración de los asesinos, equiparándolos con sus víctimas. No, no hubo bandos, hubo militares instruidos en técnicas de guerra, Guardia Civiles y fascistas armados y con todos los recursos, que arremetieron contra la población, contra ciudadanos mal armados y sin conocimiento de lo que se les venía encima, un David sin piedra ni honda que luchaba por mantenerse vivo, y un Goliat que crecía con cada asesinato, con cada pueblo sometido. No, en Dos Hermanas no hubo bandos. En Dos Hermanas y en los pueblos de Sevilla no hubo guerra…

El día de hoy no solo tiene una importancia personal para los familiares, sino también un significado profundo para la sociedad en su conjunto. Reconocer y dignificar a las víctimas del franquismo es un paso esencial hacia la reconciliación y la sanación de las heridas que aún perduran en la memoria colectiva.

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